Durante el último mes, muchas regiones y ciudades tunecinas, incluida la capital, han sido testigos de fuertes movimientos populares, en los que los jóvenes desempleados y los estudiantes combativos desempeñan un papel importante.
El 26 de enero, ante la profunda crisis en la cúspide entre los tres presidentes, miles de manifestantes asediaron el parlamento para exigir la salida de toda la clase dirigente resultante de las elecciones fraudulentas financiadas con dinero sucio. La Unión General de Trabajadores (UGTT), otras organizaciones profesionales y las fuerzas políticas que han entrado en la lucha desafiando el bloqueo policial han convocado huelgas generales locales.
La respuesta del gobierno y sus fuerzas de seguridad fue atacar a los manifestantes con porras y gases lacrimógenos y detener a miles de jóvenes e incluso niños.
La brutal represión, las detenciones masivas, las torturas y los asesinatos no detuvieron la lucha.
La movilización está provocada por la dramática situación de Túnez, caracterizada por el elevado desempleo, la pobreza y la extrema pobreza, las desigualdades sociales y regionales, la corrupción, la violencia contra las mujeres y la exclusión de la educación.
A esto hay que añadir los efectos de la pandemia, amplificados por la política del gobierno de Mechichi, que favorece al capitalismo y está llevando al país a la ruina y a una creciente dependencia del imperialismo y de sus organismos, como el FMI, que estrangulan a Túnez con una deuda externa.
El descontento popular, la rabia y la desconfianza hacia la clase dirigente son muy importantes. La clase obrera y las masas populares se niegan a pagar el coste de la crisis y de la deuda. Se sienten traicionados por toda una década de políticas antipopulares y antisociales y son cada vez más conscientes de que sus problemas están relacionados con el sistema actual, con el que es hora de romper.
La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML) expresa su solidaridad y apoya decididamente el movimiento popular que está socavando el orden social y político en Túnez, fortaleciendo el frente internacional en la lucha contra el imperialismo y la reacción.
Denunciamos el papel contrarrevolucionario que desempeñan las fuerzas sectarias y fundamentalistas, así como la injerencia y las intrusiones de las potencias imperialistas enemigas de la independencia, la libertad y la soberanía de los pueblos.
Condenamos la campaña de calumnias y odio lanzada por las fuerzas reaccionarias contra el Partido del Trabajo y su Secretario General, el camarada Hamma Hammami.
Esperamos que la situación empuje al mayor número posible de fuerzas políticas y sociales a un proceso de acción unitaria, construyendo un frente popular revolucionario.
¡Abajo el sistema capitalista, abajo el poder de la burguesía!
¡Viva la lucha y la solidaridad internacional de los trabajadores y los pueblos oprimidos!
XXVI Sesión Plenaria de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas
Febrero de 2021